El pasado mes de febrero, se
publicaba en la “República” una noticia donde se hablaba de la cantidad de
plásticos que lanzamos al mar cada año. Dejando entrever unas cifras
alarmantes. Pues la cantidad de plástico que acaba en los océanos, oscila entre
4,8 y 12,7 millones de toneladas cada año que según la tendencia, podría
multiplicarse por diez en la próxima década de no
mejorar las prácticas internacionales de gestión de basura.
Por ello, muchas organizaciones, entre ellas, la “Asociación
Estadounidense para el Avance de las Ciencias”, se han visto en la obligación
de poner medidas para reducir
la generación de basura y aumentar la cantidad recogida y gestionada
correctamente. Pues quitar
grandes cantidades de desperdicios de plástico no sería rentable, además de ser
imposible.
Por lo que, la única opción que disponemos es la de
reducir la cantidad que tiramos, empleando estos desechos en la producción de
nuevos materiales.
En 2012, se produjeron 288 millones de toneladas de
plásticos, puesto que la cantidad de desechos al mar es mucho menor, sería
fácil poder aprovecharla en producciones futuras y de esta forma colaborar en
tener un medio mejor.
Así, la mejora en la gestión de basura contribuiría a
generar nuevos empleos, mejoraría la salud de los ciudadanos y protegería los
océanos.
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